Curiosidades de “Ciudades españolas en América”

¿Sabías que el verdadero nombre de la ciudad de Buenos Aires es ‘La Santísima Trinidad y Nuestra Señora Santa María del Buen Aire’? ¿Y su fundador? ¿Conoces su nombre? Y así hasta un total de 16 ciudades de América. De su historia, fundación y la de sus fundadores va Ciudades españolas en América, de Alfredo Figueiras-Fernández Ojanguren.

Así que dejemos que sea el propio Alfredo Figueiras-Fernández Ojanguren quien nos explique cómo y de qué manera surgió una obra tan curiosa e interesante como Ciudades españolas en América:

“Para mí esta aventura comenzó cuando alguien me dio la bienvenida a Buenos Aires titulando la ciudad como La Santísima Trinidad y Nuestra Señora Santa María del Buen Aire. Me pareció tan bello el nombre que me fui interesando por los nombres originales de todas las ciudades que iba visitando, todos igualmente sugestivos. Al mismo tiempo fui descubriendo cuándo y en qué circunstancias se había producido su fundación, el conquistador que la había llevado a cabo, el escudo de armas concedido por el rey, el santo patrono nombrado por las autoridades, etcétera.

En todo ese proceso me fui dando cuenta de mi gran ignorancia sobre unos hechos de tanta importancia que ningún español debía desconocer, y así se me ocurrió la idea de escribir un trabajo de divulgación histórica que, con la disculpa de relatar la fundación de esas ciudades, diera un repaso a la exploración, conquista y colonización de América en los siglos XV y siguientes.

16 son las ciudades y 16 sus fundadores, pero muchos más son los actores de este libro. Por eso, de su lectura obtendremos el conocimiento de territorios, situaciones y personajes que llenen el vacío de una historia que nos atañe y que es absurdo ignorar e incluso ocultar por ridículos complejos impropios de los ciudadanos de una de las más grandes naciones de la edad moderna.

Mi trabajo como piloto de líneas aéreas me dio la oportunidad de conocer los lugares y visitar bibliotecas, monasterios, universidades, hospitales, catedrales, plazas, etcétera., donde se desarrollaron los hechos. También pude entrevistarme con académicos, heraldistas e historiadores y cronistas de cuyos conocimientos y puntos de vista fue nutriéndose este ensayo.

El trabajo se estructura por orden cronológico, de modo que, aunque cada capítulo es independiente, se ve inevitablemente enlazado con el siguiente y es frecuente ver cómo un actor secundario de un capítulo se convierte en el principal del siguiente”.

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