Martín Arias Zumeta
Arquitecto caraqueño con gran sensibilidad literaria y una íntima curiosidad por los hechos históricos que se ocultan entre bastidores. La épica de la conquista y la colonización española en las nuevas tierras encontradas por Colón es su pasión. Pero no le interesa la tradicional historia o la que genera la polémica fácil, por lo general segmentada en rígidos períodos y definida por efemérides precisas. Su interés va más allá, se mueve entre los contrastes generados por lo que cuenta la Academia y el fruto de sus propias elucubraciones. Está más interesado en los individuos de carne y hueso y su quehacer cotidiano que en las consecuencias que sus actos tendrán en generaciones futuras. Ganador del Premio de Cuento de la Fundación Conferry (1986) con Se acabó la aventura y mención de honor en el Concurso de novela de Fundarte (1996) con Arcángel.
Descripción
Aljófar
Resultó ser que el mundo no terminaba donde te habían contado… ¡Era mucho más grande!… aunque si resultó ser como te lo habían descrito: ¡Aterrador!
Con esas premisas bullendo en su mente atribulada Rodrigo se embarca, como grumete, en la primera flota con destino a la recién creada «Gobernación De La Ínsula De Cuquivacoa En Las Indias De La Mar Océano», pero que secretamente se dirige a La Costa de Las Perlas, en busca —no autorizada— de La Rica: Una mítica isla —«en cuyas playas podréis llenar talegas de perlas y aljófares con vuestras manos»— sospechada por los mejores Maestres de navegación de la época, aunque no reconocida públicamente por ninguno de ellos y cuya figurada ubicación era el secreto mejor guardado y el más codiciado de su tiempo. Esa fue la verdadera razón que los animó a desafiar los mayores peligros y las más angustiosas incertidumbres.
Esos hombres audaces hasta la insensatez, primero fueron valientes héroes que, con su arrojo y determinación, se trasmutaron a sí mismos en Dioses inmortales… para al poco tiempo volver a ser hombres, comunes, corrientes… ¡y mortales! Esta es su bizarra historia como nunca antes te la habían contado.
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