¡La cantidad de cosas que ocurrieron entre 1932 y 1936 en este país! Y ninguna buena, para qué nos vamos a engañar. Ilusiones, deseos, sueños que nacieron y crecieron al calor de una esperanza y quedaron cercenados por la mayor de las sinrazones. Ésta es una de esas novelas que te tendrá en vilo desde la primera página. Y de verdad.

Estar en vilo es una novela histórica. Eso, tenlo claro. Se trata de una obra escrita por Francisco Massó que recoge costumbres, tradiciones, modos de pensar, de creer, de vivir la vida en la España profunda entre septiembre de 1932 y agosto de 1936.

Dos fechas paradigmáticas, sin duda. Fechas que dicen mucho, momento en que llegaron a dicha España dos noticias trascendentales para el devenir de esta tierra: la proclamación de la IIª República, por un lado, y el comienzo de la Guerra Civil, por otro.

¿Por qué la España profunda?, te estarás preguntando. Porque es la que mejor reflejaba el estado real de este país en aquella época. Una cosa era la ciudad, con sus camarillas, sus intrigas, su lucha por el poder… Y otra, la España profunda. Una España eminentemente rural y dominada por el Caciquismo.

En esa España vive Gabriel, el protagonista de Estar en vilo. Ingenuo hasta decir basta, honesto en sus convicciones y desencantado con lo que ve a su alrededor. Gabriel es protagonista de una historia de amor real, amor que no terminará de disfrutar. Y eso es así porque Gabriel es víctima de las circunstancias que lo asedian, pero también del mundo, de la sociedad y del país en que vive. Un país atrasado, acechado por bulos de todo tipo y las mistificaciones pueblerinas. Un país, en suma, que le obligará a estar en vilo continuamente.

Hasta que llega febrero de 1036. Unas elecciones que dejan un parlamento ingobernable y la violencia a flor de piel. Una España de dos Españas que siempre esperaron la oportunidad para dirimir sus diferencias. Y esa oportunidad está a punto de llegar…

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